El florecimiento de la cultura y nacionalismo ucraniano fue visto por Stalin como un peligro para la URSS, por ello impulsó un programa de rusificación forzosa y diseñó un macabro plan para acabar con el sentimiento nacional ucraniano.
Moscú impuso una vez llevada a cabo la colectivización del campo al campo, unas cuotas de producción altísimas imposibles de cumplir, todo el grano producido en Ucrania fue requisado, el ejército rojo controlaba las fronteras ucranianas impidiendo el movimiento de personas y mercancías. La hambruna se extendió por todo el territorio y la gente empezó a morir de hambre e inanición, esta situación se extendió durante en invierno del 32 y 33 y se calcula que entre 6 y 12 millones de personas murieron de la forma mas cruel. Mientras eso ocurría, la URSS exportaba grano a otros países.
La región ucraniana denominada el Kuban que ocupa el norte del Cáucaso fue totalmente rusificada y en menor medida ocurrió algo similar aunque no tan radical en el este del país, la población desaparecida por la hambruna, fue sustituida por campesinos rusos, y a la vez se deportaba a ucranianos a las repúblicas soviéticas del Asia central para eslavizarlas.
Xabier Ormaetxea Garai.
Presidente de Fundación Ekialde